domingo, 19 de octubre de 2008

Visitantes

Las perspectivas centradas en las teorías sobre estudios culturales se proponen reconocer tres dimensiones en toda experiencia de visita museográfica: la dimensión ritual de la visita (centrada en la experiencia de la otredad y organizada alrededor de espacios y objetos); la dimensión educativa (centrada en la experiencia de adquirir nuevas perspectivas, y organizada alrededor de sistemas conceptuales y afectivos, y contextos de referencia); y la dimensión lúdica (centrada en la experiencia de jugar con las posibilidades de lo imaginario y lo deseable).

Según uno de los más lúcidos e inquietos investigadores de las posibilidades comunicativas e interpretativas de la educación museal en América Latina, el mexicano Lauro Zavala, existen algunas otras tendencias en la investigación contemporánea sobre la comunicación museográfica. Entre ellas, habría que mencionar, por su utilidad heurística, –según la investigación de Zavala– el trabajo etnográfico coordinado por Eliseo Verón en Francia, complementado por la aproximación de Jean Sebeok, en el que se observaron las rutinas más frecuentes en los recorridos que hacen los visitantes en los es- pacios museográficos. En esta experiencia de observación se determinó la existencia de al menos cuatro categorías de visitantes: el visitante ‘pez’ camina por el centro de sala, observando lo expuesto desde una distancia invariable; el visitante ‘hormiga’, en cambio, recorre la exposición siempre próximo a las paredes, atento a no perder la secuencia espacial; el visitante ‘mariposa’ se detiene en ciertos puntos que atraen su atención, a los que dedica mayor tiempo que al resto, y el visitante ‘chapulín’ o saltamontes salta de un lugar a otro, sin una lógica predeterminada y al parecer sin un criterio que determine sus decisiones, dejándose llevar por el impulso súbito que despierta su interés.

Al articular esta tipología de visitantes con las dimensiones paradigmáticas de la experiencia museográfica en general, podría señalarse que el visitante ‘hormiga’ espera agotar las propuestas de la museografía, enfatizando así la dimensión ritual de su visita; por su parte, el visitante ‘mariposa’ presupone que la secuencia debe ser una experiencia de aprendizaje, y dedica de manera selectiva su atención a los objetos que considera más relevantes para este fin. Por su parte, el visitante ‘chapulín’ o saltamontes presupone que la exposición puede ser lúdica, y disfruta creando un recorrido espontáneo y marcadamente personalizado.

Entre estos extremos, el visitante ‘pez’ mantiene una distancia equilibrada ante todas estas opciones de recorrido, y es más un observador de los otros visitantes que un observador de lo expuesto, y con frecuencia es ambas cosas de manera simultánea. De hecho, este último tipo de visitante suele ser el estudioso de los procesos de comunicación, atento a las estrategias de interpretación propuestas por la exposición, así como a las estrategias de interpretación de los visitantes, y a los otros elementos que definen a la exposición como algo irrepetible, como algo articulado en lo que podría ser llamado el ‘discurso museográfico’ de la exposición.


Daniel Castro Benítez: Lapiz y pizarron, peces y saltamontes: Realidades y prácticas latinoamericanas en Arte, Educación y Museos

Daniel Castro Benítez es Director de la Casa Museo Quinta de Bolívar y Museo de la Independencia. Ministerio de Cultura de Colombia. El texto es un fragmento de su clase magistral para la 1ª Jornada Internacional de Educación - La dimensión educativa en los museos de arte y centros culturales llevada a cabo el 27,28 y 29 de junio de 2007 en el Centro Cultural Recoleta. Buenos Aires, Argentina.




6 comentarios:

Unknown dijo...

Soy un chapulín, creo que nada más.

Lorena dijo...

El artículo me pareció muy interesante.

Lorena dijo...

Soy un visitante "mariposa" porque me dentengo en los lugares que araen mi atención, dedicándole más tiempo. Y si me interesa lo suficiente, leo los cartelitos, sino en general suelo pasarlos por alto, prefiero que alguien me cuente de lo que se trata.

Anónimo dijo...

Hace poco fui al museo de la plata y todo dependía de la sala en la que estaba a veces me comportaba como hormiga otras como mariposa. las salas que me interesaban mucho traba de exprimirlas y otras salas solo iba a lo que mas me llamaba la atención ya sea un color que sobresalía o la forma que estaba expuesto el material ... jeremias...

Mechi dijo...

A los chapulines, mariposas y hormigas del grupo:
Se comunica con ustedes una visitante que a pesar de la culpa de tener poco de hormiga, ha probado todas las formas de visita.
Para ustedes, variables que influirían en las metamorfosis:
la personalidad de cada uno (ej: hay gente más detallista que otra), el estado de ánimo (un día triste puede hacernos quedarnos en una sola obra que nos resulte afín), la pregunta con la que se entra (no es lo mismo el " ¿a ver qué hay? al "¿cuáles fueron las etapas en la pintura de Lacámera?"), el tiempo (entrar apurados y de paso no es igual a ir a una muestra planeando dos horas de estadía mínima) , las condiciones del espacio (yo si paso frío o no tengo dónde sentarme miro rápido y me voy!).

Mercedes Pugliese dijo...

¡¡¡Perdón!!! Me olvidé del visitante liebre!!!! a usted tb iba dirigido el comentario anterior!